El caliche es una formación rocosa compuesta principalmente de carbonato de calcio. Aunque no existe un único tipo de suelo ideal para el cultivo de la vid, la elección de parcelas con formaciones calcáreas es una práctica arraigada en diversas regiones vitivinícolas del mundo, otorgando un carácter distintivo a los vinos.
Plinio el Viejo, antiguo escritor romano, mencionó en su obra "Historia Natural" que los suelos calizos eran favorables para el cultivo de la vid. Regiones como Champagne, Borgoña, Chablis en Francia, así como Priorat y Ribera del Duero en España, son ejemplos de lugares con suelos calcáreos reconocidos por su influencia en los vinos.
Los Pinos, ubicado en Arteaga, Coahuila, México a una altitud de 2,190 metros sobre el nivel del mar, tiene un clima templado y fresco que ayuda a madurar la uva por periodos más largos, las noches frescas permiten mantener una adecuada acidez. Este viñedo tiene un marcado suelo calcáreo, conocido localmente como como caliche, que proporciona una serie de beneficios para el cultivo de vid:
El suelo calcáreo garantiza un drenaje óptimo, evitando el encharcamiento y las enfermedades relacionadas con el exceso de agua. Esto es crucial para el crecimiento saludable de las vides y la calidad de las uvas.
Retención de nutrientes: El caliche actúa como un reservorio de nutrientes esenciales, liberándolos gradualmente a medida que el agua se filtra a través del suelo. Esto contribuye al crecimiento saludable de las vides y mejora la calidad de las uvas. Además proporciona de una dosis natural de Calcio y Magnesio.
Control de la acidez: El suelo calcáreo ayuda a equilibrar la acidez del suelo, favoreciendo un desarrollo óptimo de la vid y la calidad de la uva. Un pH adecuado es esencial para el crecimiento óptimo de la planta y la expresión de los sabores y aromas característicos en los vinos.
Mayor concentración de minerales: El suelo calcreo contiene altas concentraciones de minerales esenciales como calcio, magnesio y potasio. Estos minerales contribuyen a la singularidad y riqueza de los vinos producidos en la región, añadiendo complejidad y carácter a las uvas.
Esta condición de suelo calcáreo, en cualquier tipo de cultivo se podría considerar como desventaja. Sin embargo en la vid no es así. Muchos vinos de alta gama comparten este suelo calcáreo.
Chablis, Francia: esta región es conocida por sus vinos Chardonnay, pero también produce excelentes Pinot Noir. Los suelos calcáreos de Chablis le dan a los Pinot Noir su característica mineralidad y acidez.
El Priorat, (Priorato) en Cataluña, España, cuenta con suelo calcáreo combinado con pizarra. Esta combinación única obliga a las vides a buscar nutrientes, resultando en vinos potentes y complejos con un carácter mineral distintivo.
Paso Robles, en la costa central de California, los suelos calcáreos contribuyen a la producción de vinos de alta calidad. Aportan estructura y elegancia a variedades como el Cabernet Sauvignon y el Zinfandel, añadiendo carácter y sofisticación a los vinos. Burdeos, Francia: Los suelos calcáreos de Burdeos son unos de los más preciados del mundo para el cultivo de Merlot. Los vinos de Burdeos son conocidos por su complejidad, elegancia y potencial de largo envejecimiento.
En Mendoza, Argentina, el suelo calcreo se encuentra en zonas como Luján de Cuyo y Valle de Uco. Estos suelos contribuyen a la concentración de sabores en variedades emblemáticas como el Malbec y el Cabernet Sauvignon, resultando en vinos de gran intensidad y complejidad.
En resumen, los suelos calcáreos ofrecen una serie de beneficios para el cultivo de la vid en diversas regiones vitivinícolas. Su influencia se refleja en la calidad y el carácter distintivo de los vinos producidos, asegurando un drenaje óptimo, la retención de nutrientes, el equilibrio de acidez y una mayor concentración de minerales. Estas características contribuyen a la excelencia y la reputación de los vinos producidos en estas regiones emblemáticas, deleitando a los amantes del vino en todo el mundo.
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